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La mejor manera de limpiar hongos

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Anonim

El abeto / Molly Watson

Los hongos frescos de colmenilla son una delicia tremenda: su sabor a tierra y nuez junto con su textura interesante y carnosa hacen que incluso los que odian los hongos se enamoren. Pero no busque en la sección de productos de la tienda de comestibles; estos hongos silvestres a menudo se ganan con dificultad, ya sea por forrajear el suelo del bosque, cultivarlos o gastar un centavo en el mercado de agricultores, por lo que no querrá arruinarlos con una limpieza al azar.

La mayoría de los hongos necesitan un simple cepillado para limpiarlos o, como máximo, un golpe con una toalla de papel húmeda. Sin embargo, la textura esponjosa de las morillas tiende a atrapar la suciedad y la arena, por lo que las morillas requieren un poco más de atención. Este sencillo método de tres pasos para limpiarlos evita que los delicados hongos se acumulen en el agua.

Una nota importante es limpiar las morillas justo antes de usar. Las morillas absorberán un poco de agua en el proceso de limpieza, haciéndolas más susceptibles al moho o pudrirse si se almacenan después. Hasta entonces, manténgalos como están (suciedad y todo) en una bolsa de papel para que puedan respirar.

Paso 1: sacudidas

El primer paso para limpiar las morillas es sacudir la mayor cantidad de suciedad posible. Ponga las morillas en una bolsa de papel o un colador y agite vigorosamente, pero no violentamente. El objetivo aquí es eliminar la mayor cantidad de suciedad o escombros de las colmenas antes de limpiarlas, pero no desea que los hongos se magullen o se rompan.

Saque las morillas de la bolsa o el colador, dejando atrás la suciedad suelta o los escombros. No vierta el contenido, ya que eso simplemente volcará la suciedad sobre los hongos.

Paso 2: enjuague

Ahora es el momento de usar un poco de agua. Coloque las colmenillas en un recipiente grande con agua fría (o un fregadero limpio lleno de agua fría) y agite rápidamente las colmenillas. El cambio es para ayudar a aflojar la suciedad restante en los hongos, por lo que si puede ver que la suciedad se desprende, continúe hasta que no lo haga.

Levante las morillas fuera del agua (de nuevo, dejando atrás cualquier suciedad o arena en el fondo del recipiente o fregadero). Si el agua está particularmente sucia, es posible que desee repetir el proceso, tirando el agua sucia y comenzando con un recipiente limpio de agua fría. Continúe el proceso de limpieza hasta que no vea más suciedad saliendo de los hongos.

Paso 3: secado

Una vez que las colmenillas estén limpias, colóquelas sobre una toalla de cocina limpia o capas de toallas de papel. Seque rápidamente y suavemente los hongos, empujándolos un poco mientras lo hace para permitir que se drene el agua en los agujeros. Si la toalla está muy húmeda, reemplácela con seca y repita el proceso para asegurarse de que se haya eliminado toda el agua de los rincones y grietas de los hongos.

Prepara y cocina las morillas como quieras. O, si lo prefiere, seque los champiñones para usarlos en una fecha posterior. Hay tres métodos para secar colmenillas: secar al aire, secar en horno y usar un deshidratador de alimentos.

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