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La enfermedad de Cushing es una enfermedad endocrina común en perros y, por desgracia, es muy difícil de diagnosticar. A menudo se descubre a través de una combinación de evaluaciones de síntomas y análisis de sangre. La clave es informarle a su veterinario sobre cualquier cosa que sea diferente con su mascota.
¿Qué es la enfermedad de Cushing?
La enfermedad de Cushing, también conocida como hiperadrenocorticismo, ocurre cuando el cuerpo produce demasiado cortisol. El cortisol es una hormona producida y almacenada por las glándulas suprarrenales, que son dos glándulas pequeñas que se encuentran por encima de los riñones. El cortisol ayuda al cuerpo en momentos de estrés, además de regular el peso corporal, la condición de la piel y la estructura del tejido. La producción disminuida o excesiva de estas sustancias, especialmente el cortisol, puede ser mortal.
Síntomas de la enfermedad de Cushing en perros
La enfermedad de Cushing generalmente se desarrolla lentamente. Los síntomas pueden imitar otras enfermedades y a menudo se confunden con signos normales de envejecimiento. Si ve signos de la enfermedad de Cushing en su perro, acuda a un veterinario para obtener un diagnóstico adecuado para que le puedan recetar el tratamiento.
Aquí hay algunos síntomas comunes asociados con la enfermedad de Cushing en perros:
Signos y síntomas
- Aumento de la sed y la micción Aumento del apetito Pérdida del cabello o mal pelaje Piel delgada, decolorada, escamosa o poco saludable Un abdomen con barriga o distendido Ganancia de peso Debilidad y letargo Piel crónica e infecciones urinarias Jadeo excesivo
La enfermedad de Cushing se observa con mayor frecuencia en perros de seis años o más. Las razas que tienen más probabilidades de verse afectadas por esta enfermedad son Dachshund, Terrier, Caniche, Pastor Alemán, Boxer, Labrador Retriever, Pastor Australiano, Cocker Spaniel y Maltés.
Causas de la enfermedad de Cushing
La causa más común de la enfermedad de Cushing en los perros son los crecimientos benignos en la glándula pituitaria. Los tumores hipofisarios malignos también pueden causar la enfermedad en raras ocasiones. Los crecimientos benignos representan alrededor del 80 al 85 por ciento de los casos naturales de la enfermedad de Cushing en perros. Los tumores en las glándulas suprarrenales también pueden estar presentes y tener la misma probabilidad de ser benignos o malignos.
La enfermedad de Cushing también puede ocurrir como un efecto secundario del uso excesivo de medicamentos corticosteroides, que comúnmente se recetan para alergias, trastornos inmunes, cánceres e inflamación.
Diagnóstico
Diagnosticar la enfermedad de Cushing puede ser difícil, especialmente en la etapa inicial de la enfermedad, y no existe una prueba única para diagnosticar la enfermedad de Cushing. Sin embargo, el proceso de prueba es crucial para determinar las mejores opciones de tratamiento y pronóstico para su mascota.
Los primeros pasos para diagnosticar la enfermedad de Cushing es que su veterinario debe obtener un buen historial, realizar un examen minucioso de la cabeza a la cola y obtener un análisis de laboratorio básico, que incluya un conteo sanguíneo completo, un perfil de química sanguínea y un análisis de orina.
Si esos hallazgos proporcionan una fuerte sospecha de la presencia de la enfermedad de Cushing, el veterinario recomendará un análisis de sangre llamado prueba de estimulación con ACTH o prueba de LDDS (supresión de baja dosis de dexametasona). Estas dos pruebas son pruebas hormonales que desafían la glándula suprarrenal. Una glándula suprarrenal sobreproductiva responde de manera bastante diferente a una glándula suprarrenal normal frente a las inyecciones de ACTH o dexametasona.
Es posible que los veterinarios también necesiten ejecutar una proporción de cortisol en orina: creatinina.
Los veterinarios generalmente realizan varias pruebas de sangre y orina durante un período de tiempo, y luego comparan los resultados con los niveles normales.
Por último, se puede recomendar un examen de ultrasonido abdominal y puede ser una parte valiosa del proceso de diagnóstico de la enfermedad de Cushing. El ultrasonido le permite a su veterinario ver las glándulas suprarrenales y determinar su tamaño y la presencia de un tumor. Si hay un tumor presente, se recomendarán radiografías para ver si los tumores se han diseminado
Tratamiento
Las opciones de tratamiento incluyen manejo médico y cirugía. La cirugía puede ser una opción solo en casos donde se ha encontrado un tumor de la glándula suprarrenal. El tratamiento médico es el tratamiento más común para la mayoría de la enfermedad de Cushing canina. Las dos drogas más comúnmente usadas se llaman Milotane y Trilostane. Estos ayudan a suprimir la producción de cortisol y a controlar los síntomas asociados con la enfermedad. La mayoría de los perros pueden ser tratados con éxito con pocos efectos secundarios de los medicamentos. Sin embargo, su mascota debe ser monitoreada cuidadosamente mediante análisis de sangre y signos clínicos.
Pronóstico
Aunque no hay cura para esta enfermedad, el tratamiento y el tratamiento médico pueden ayudar a su perro a vivir cómodamente durante varios años. Su perro requerirá un tratamiento de por vida una vez que sea diagnosticado y es importante obtener exámenes de revisión frecuentes para evaluar la respuesta de su mascota a la terapia. Su veterinario le ayudará a proporcionar pautas de examen de revisión para acomodarlo mejor a usted y a su mascota.