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- Total: 60 minutos
- Preparación: 60 minutos
- Cocinero: 0 minutos
- Enfriamiento: 60 minutos
- Rendimiento: 16 porciones
Aunque la harina de espelta puede ser un desafío cuando se usa para productos horneados con levadura, funciona como un sueño cuando se usa sola para costras de pasteles, tanto para pasteles dulces como para quiches salados. Incluso si no eres un fanático de los pasteles integrales (que a veces pueden ser demasiado gruesos, secos y desmenuzables), pruébalo. Cuando se hace con una mano ligera, es tan tierno y escamoso, y mucho, mucho más saludable, que las viejas y aburridas costras blancas de harina para todo uso.
Ingredientes
- 2 tazas de harina de espelta
- 1 cucharadita sal
- 2/3 taza de mantequilla sin sal (refrigerada; cortada en dados de 1 pulgada)
- 7 cucharadas agua helada (o menos)
Pasos para hacerlo
Reúne los ingredientes.
Coloca el tazón y la licuadora en el congelador y deja que se enfríen, durante al menos 20 minutos. Uno de los secretos para producir una corteza escamosa, especialmente cuando se usa una harina alta en proteínas como la espelta, es mantener sus ingredientes lo más fríos posible.
Use un batidor de globo para tamizar ligeramente la harina de espelta y la sal en su tazón frío para mezclar. Corte en trozos gruesos los trozos de mantequilla en la harina usando una licuadora de repostería o dos cuchillos, hasta que las partículas de la mezcla sean del tamaño de lentejas pequeñas. Use un tenedor para agregar el agua helada, una cucharada a la vez, solo hasta que la masa comience a formar una masa.
Transfiera la masa de masa quebrada a un mostrador ligeramente enharinado y amasarla ligeramente sobre sí misma tres veces. Regrese al tazón y refrigere por al menos 30 minutos para permitir que la masa descanse.
¡Disfrutar!
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