Albahaca fresca.
Dave King / Getty Images
La albahaca, especialmente la albahaca dulce o la albahaca de Génova, tan popular en los platos italianos y utilizada en el pesto, es muy difícil de mantener fresca. Se vuelve negro y se marchita a una velocidad asombrosamente rápida. Sin embargo, existen métodos para mantener las hojas frescas una vez que se han recogido los tallos. Cuanto más fresca sea la albahaca que compre, por supuesto, más tiempo se mantendrá en cualquier caso.
Ilustración: Elnora Turner. © The Spruce, 2018
# 1 El mejor método
Sin duda, la mejor manera de almacenar albahaca para poner el racimo en un vaso o frasco lleno de agua, al igual que las flores.
Recorte los extremos cortados, coloque el racimo en un vaso, jarra o jarrón de agua que quepa en el refrigerador, y cubra todo, o al menos las hojas de albahaca, con una bolsa de plástico. Pon todo en un refrigerador. La albahaca mantenida de esa manera se mantendrá vibrante y verde por hasta una semana.
¿Es un poco doloroso? Seguro. ¿No es súper duper conveniente? Punto justo. ¿Ocupa mucho espacio en el refrigerador? Nadie podría discutir en contra de ese punto. ¿También mantiene la albahaca lo más fresca posible el mayor tiempo posible? Absolutamente lo hace.
# 2 El siguiente mejor método
Hemos establecido que el mejor método no siempre es tan práctico como uno quisiera. Afortunadamente, hay una segunda mejor opción, pero aún así completamente reparable.
La segunda mejor manera de almacenar albahaca es almacenarla como ensalada de hojas verdes: retire las hojas de los tallos y colóquelas en más o menos una sola capa sobre capas de toallas de papel o una toalla de cocina limpia, enrolle la toalla alrededor de las hojas, y poner el rollo en una bolsa de plástico. Este método mantiene las hojas hidratadas pero no mojadas o húmedas. Para obtener detalles detallados de las fotos, consulte Cómo almacenar verdes.
# 3 Congelación para un almacenamiento más prolongado
¿Quieres tener albahaca por más de unos días? ¡Congelarlo! Hay varias formas de hacerlo de manera efectiva.
Para la albahaca más verde y fresca: blanquee rápidamente la albahaca en agua hirviendo con sal durante 15 segundos, escúrrala y sumérjala en agua helada para enfriarla rápidamente (esto establece el color verde; vea Cómo blanquear para más detalles), y luego gírelo en una licuadora con solo un poco de aceite de oliva. Puede verter el puré en bandejas de cubitos de hielo, congelarlas y transferir los cubos a bolsas de plástico con cierre hermético donde se guarden hasta por un año.
Es cierto que ese método requiere un toque de trabajo. Alternativamente, puede simplemente colocar hojas de albahaca limpias y secas en una bandeja para hornear, congelarlas hasta que estén congeladas (aproximadamente una hora lo hará) y transferirlas a bolsas de plástico con cierre. La albahaca congelada de esta manera se volverá oscura, casi negra, pero conservará mucho sabor a albahaca. Para mantenerlo verde, deberá blanquearlo, estrujarlo y luego dejarlo plano para que se congele. Sin embargo, una vez que te molestas en blanquear la albahaca, vale la pena preparar el puré y congelarlo de esa manera, ya que conserva mucho más sabor con ese método.
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