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Diagnóstico de convulsiones y epilepsia en perros

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Anonim

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Las convulsiones en los perros pueden ser causadas por muchas enfermedades diferentes. Como resultado, si su perro tiene una convulsión, su veterinario deberá realizar algunas pruebas de diagnóstico antes de que se pueda determinar un curso de tratamiento adecuado.

Convulsiones versus epilepsia

Si su perro tiene más de una convulsión aislada, su veterinario puede llamar a la enfermedad epilepsia. La epilepsia primaria o idiopática es una epilepsia que no es causada por ninguna lesión cerebral subyacente u otra enfermedad. La epilepsia adquirida es la epilepsia que se debe a una anomalía subyacente, como un tumor cerebral. Independientemente de la terminología, el proceso de diagnóstico de epilepsia implica los mismos procedimientos de prueba que los utilizados para diagnosticar las convulsiones.

Obteniendo una historia

Una de las primeras cosas que hará su veterinario es realizar un examen físico completo de su perro, en busca de anomalías obvias. Los reflejos neurológicos y musculares, como la rigidez muscular o los temblores, pueden dar pistas útiles.

La historia de su perro también debe tenerse en cuenta. Algunas enfermedades tienden a ocurrir en un determinado grupo de edad o incluso en una raza de perro específica. Conocer la edad, la raza y el historial físico de su mascota puede ayudar a su veterinario a determinar qué enfermedades tienen más probabilidades de causar las convulsiones de su perro y ayudar a determinar qué pruebas de laboratorio son más importantes.

Prueba básica inicial

Su veterinario realizará tres pruebas iniciales en su perro:

  • Un recuento completo de glóbulos rojos analiza tanto los glóbulos rojos como los glóbulos blancos en la sangre. Esta prueba puede indicar si su perro está anémico. También puede ayudar a determinar, junto con otras pruebas, si su perro está deshidratado o no. Los cambios en los recuentos de glóbulos blancos pueden indicar infección u otras enfermedades patológicas que afectan la médula ósea, como ciertas formas de cáncer. Un perfil de química sanguínea incluye pruebas de función renal como el nitrógeno ureico en sangre (BUN) y la creatinina. También analiza las enzimas hepáticas y los niveles de bilirrubina de su perro, que pueden ayudar a determinar el estado del hígado. Se miden los niveles de proteínas en la sangre. Se controlarán los niveles de glucosa en sangre y también se medirán electrolitos como calcio, potasio, sodio y fósforo. Un análisis de orina, un análisis de la orina, ayuda a determinar si los riñones de su perro pueden concentrar la orina y conservar el agua del cuerpo de manera efectiva. Esta prueba también busca evidencia de sustancias anormales en la orina, como sangre, proteínas, bilirrubina, cristales y otros.

Radiografías

Se pueden recomendar radiografías, más comúnmente conocidas como radiografías. Si bien las radiografías no pueden ver el interior del cerebro, a veces pueden proporcionar otra información importante, especialmente si su veterinario está preocupado por el cáncer. La mayoría de los tipos de cáncer, si se propagan (metástasis), se extenderán a los pulmones. Se puede recomendar una radiografía de tórax para buscar cáncer metastásico antes de recomendar que su mascota se someta a pruebas más invasivas o costosas.

Análisis de sangre adicionales

En algunos casos, también pueden justificarse más análisis de sangre.

Si su veterinario sospecha una enfermedad hepática en su perro, se puede recomendar una prueba de ácido biliar. A menudo, los ácidos biliares se miden antes de alimentar a su perro y luego nuevamente poco después de comer. Esto puede ayudar a detectar enfermedades que afectan tanto el hígado como el cerebro, como una derivación portosistémica ("derivación hepática").

Es posible que se requieran pruebas de tiroides, especialmente en perros donde el hipotiroidismo puede contribuir a la actividad convulsiva.

También se pueden recomendar pruebas de enfermedades infecciosas específicas para descartarlas como causas de las convulsiones. Esto puede incluir pruebas para detectar enfermedades como la toxoplasmosis, el virus del moquillo canino y otras. Su veterinario ayudará a decidir qué enfermedades son más probables y cuáles deben investigarse como causa de las convulsiones de su perro.

Análisis de líquido cefalorraquídeo (LCR)

Si las pruebas iniciales de sangre y orina no indican la causa de las convulsiones en su perro, su veterinario puede recomendar una punción cefalorraquídeo. Esto permite la recolección de líquido que rodea y protege el cerebro y la médula espinal. Esta prueba puede ayudar a establecer un diagnóstico como meningitis (inflamación de la membrana que rodea el cerebro y la médula espinal) o encefalitis (inflamación del cerebro), así como otras afecciones que pueden contribuir a causar convulsiones y / o epilepsia.

Diagnóstico por imágenes del cerebro

Las pruebas como la resonancia magnética (MRI) o la tomografía axial computarizada (tomografía computarizada o tomografía computarizada) son pruebas especializadas que pueden examinar la estructura del cerebro en sí, en busca de anomalías anatómicas, lesiones o áreas de inflamación. Estas pruebas pueden recomendarse para algunos perros que sufren convulsiones y / o epilepsia, pero la disponibilidad de estas pruebas a menudo se limita a instalaciones especializadas.

Electroencefalograma (EEG)

Un electroencefalograma, o EEG, puede medir la actividad eléctrica del cerebro de su perro. A veces se usa para ayudar a localizar el punto en el cerebro donde se origina una convulsión, pero no se han establecido normas estandarizadas para EEG en el perro.

Si sospecha que su mascota está enferma, llame a su veterinario de inmediato. Para preguntas relacionadas con la salud, siempre consulte a su veterinario, ya que han examinado a su mascota, conocen el historial de salud de la mascota y pueden hacer las mejores recomendaciones para su mascota.